1971 ¡¡YA TENEMOS CONTRATO DISCOGRÁFICO!!
Las cosas parecían mejorar, y el Lunes, 8 de Marzo…
Una nueva agencia artística llamada Diseño II, de planteamientos e imagen ultramodernos, que representaba a grupos de bastante prestigio como Imagen -por entonces nuestra competencia más directa-, Alicia y Nubes Grises y Evolution, nos había reclamado en exclusiva, y para empezar, nos incluye en uno de los festivales del Gran Price, uno de los lugares, junto con el Iris, y ocasionalmente la Aliança del Poble Nou, donde tenían lugar conciertos multitudinarios y feudo habitual de los grandes grupos de Rock y “Música Progresiva”, era una fantástica oportunidad para darnos a conocer ante el gran público barcelonés ya que el cartel era este:
Íbamos a coincidir nada menos que con el mundialmente famoso José Feliciano, a quien le acabábamos de “fusilar” en un disco su último éxito y a quien Javier sabía imitar mejor que él mismo. Éramos los teloneros, José Feliciano saldría a continuación y cerraría Evolution.
Por nuestras insolentes cabezas rondó seriamente la idea de incluir “¿Qué será?”, tal como la habíamos grabado, entre el repertorio que íbamos a tocar, pero un repentino ataque de cordura nos impidió llevar a cabo aquella broma de consecuencias imprevisibles.
Cuando un rato antes de comenzar el concierto hizo José Feliciano su ruidosa entrada en el Price, mis compañeros y yo salimos del camerino para saludarle, pero fuimos literalmente barridos de su camino por un par de “gorilas” que obedecían órdenes de la bruja de la señora de Feliciano, que venía unos pasos detrás de ellos vociferando y maldiciendo todo lo que veía, a la vez que arrastraba a su pobre marido, que no veía nada y hacía denodados esfuerzos por no perder la compostura ni el equilibrio, ni su fingida sonrisa mientras avanzaba a trompicones. (…)
Al despedirnos tras una hora larga de actuación el público ya empezaba a dar leves muestras de impaciencia, aunque debo decir que la acogida dispensada fue muy buena. Abandonamos el escenario con sumo cuidado de no interponernos, por si acaso, en el camino de la estrella que ya salía, del brazo de su malencarada señora y precedido esta vez por sus músicos que ocuparon sus puestos a paso ligero. (…)
Y por si esto fuera poco: en Marzo participamos, haciendo de nosotros mismos, en la película Play Back, protagonizada por Juan Luis Galiardo y la maravillosa Emma Cohen, en la que debía aparecer un grupo actuando en un programa de televisión en los estudios Miramar, el centro emisor de TVE en Barcelona.
En Abril salió por fin al mercado el single: TOMA TU PARTE DE FELICIDAD / TRISTE Y SOLO. ¡Aleluya!.
BILBAO
Francamente, sigo sin comprender qué extraña estrategia de promoción nos llevó hasta aquel lugar, pero el caso es que nuestro representante, en complot con Espectáculos Norte, nos hizo aterrizar en plena ascensión en la sala más anacrónica en que recuerdo haber actuado en toda mi vida. El Arizona.
Compartíamos escenario con la Gran Orquesta Arizona, bastante venida a menos y reducida a cuarteto seguramente por la paulatina jubilación de los profesores, y nos alternábamos en tandas de una hora. Junto a la ancestral tradición de odio a los guitarreros, persistía otra desde lejanos tiempos en que la pista debía estar llena de parejas bailando el foxtrot con tal urgencia y frenesí que, para no contrariarlas con una pausa, se efectuaba el relevo de las orquestas con una ceremonia quasi circense -y muy extendida en aquellos ambientes-, en la que los músicos entrantes ocupaban el lugar de los salientes mientras se tocaba “Blue Moon”, que era el tema de cambio. Esta era la ocasión que aprovechaban nuestros queridos colegas para demostrarnos su animadversión y reírse de nosotros, abandonándonos a nuestra suerte en el “puente”, porque sabían que no nos lo sabíamos. (…)
BLANES
Llegamos a Blanes la soleada mañana del 3 de Julio, y la mezcla del olor del mar y los pinos nos devolvió a la vida. Descargamos el equipo en nuestro lugar de destino, la discoteca de moda: Pick Up, a años luz de aquel deprimente Arizona. (…)
Tampoco íbamos a estar solos en el Pick Up, esta vez compartiríamos escenario con nuestros compañeros de escudería, Evolution, con quienes ya habíamos coincidido en el Price.
Evolution, como muchos recordaréis, era un quinteto de “hard rock” que había llegado de Alemania algún tiempo antes bajo el nombre de The Vampires. Tras fichar por el sello progresivo Dimensión, de Ekipo-Ariola y arrasar con “Fresh garbage” -que siempre creí suyo hasta que, hace poco descubrí que era de los americanos Spirit-, se quedaron sin su carismático organista T. J. Brown, pero apenas se notaba su ausencia gracias al exuberante sonido de Tony, el efectivo guitarrista del barrio de Hospitalet y único español del grupo.
No contentos con tener dos bandas a diario, Pick Up se permitía traer grupos de primera fila por una noche algunos fines de semana, con lo que el escenario se ponía intransitable.
Por allí cayeron Christie (sí, los del “Yellow River”) en plena gira promocional de su nuevo éxito: “San Bernardino”, casi tan chorra como el anterior.
Aquellos tres ingleses, más altos, más famosos e incluso más peludos que todos nosotros, se presentaron sin ningún equipo, pero con mucha prepotencia. Por lo visto, estaba pactado entre los “managers” que utilizaran el que se encontraba allí, que pertenecía en su mayoría a Evolution.
Por la tarde hicieron una prueba de sonido a la que no asistí, probablemente estaba ocupado en otras tareas con mi inmensa holandesa, Betty. Aquella noche en la sala no cabía ni un alfiler y por fin llegó el momento de la presentación estelar de Christie, all the way from the U K! y por primera vez en la Costa Brava.
Los músicos de la casa observábamos desde la pista tratando de no perdernos detalle. Los alemanes, por cierto, estaban bastante mosqueados por las exigencias de los ingleses.
Cuando salieron triunfales al escenario aclamados por el público y comenzaron su actuación, a mí personalmente el sonido me pareció bueno pero, evidentemente, no podía ser igual que por la tarde con la sala vacía y pronto empezaron a hacer ostensibles gestos de desagrado. Al concluir el segundo o tercer tema, el bajista -que también era la voz cantante- dijo algo así como: “This mike is shit!” y acto seguido cogió el micrófono Shure SM-58 que estaba utilizando y lo arrojó al suelo con desprecio.
Det -el cantante de Evolution y dueño del micro y el equipo- que ya estaba harto de sus exigencias, sin pensarlo dos veces, se abalanzó sobre aquel ingrato hijo de la Gran Bretaña y le propinó un puñetazo que apenas le alcanzó, dadas las sorprendentes dotes de velocista que demostró al salir corriendo por entre la multitud hacia la puerta, con el bajo aún colgado y el cable arrastrando ya que, con las prisas, olvidó desenchufarlo y casi se lleva también a remolque el cabezal del Marshall prestado por Wolfgang.
Aprovechando la confusión, los otros dos hicieron un discreto mutis por el foro y se acabó el concierto.
GAVÀ
Durante aquel mes de Julio proseguía nuestra febril actividad de todo ese año: actuábamos cada noche en Silvi’s, la boite de moda en Gavà, junto a la autovía de Castelldefels. Allí se mezclaban turistas de los campings vecinos con lo más joven de la burguesía barcelonesa.
Triunfábamos como nunca antes y nuestros progresos eran realmente notables desde que teníamos la nueva formación. Habíamos alcanzado un buen nivel instrumental, casi equiparable al de las voces, que eran lo único que antes nos distinguía, y nuestro directo había ganado fuerza.
Coincidimos allí con algún gran grupo como Lone Star, que dieron un formidable recital en el que mezclaron sus temas famosos con pinceladas de blues y jazz en las que Pedro Gené, nos sorprendió con sus habilidades como vibrafonista, además de guitarrista.
Entablamos amistad con unos adolescentes de familia bien: los hermanos Fortuny, que decían venir a aprender y que aprendieron, crecieron y se convirtieron en la Companyía Elèctrica Dharma.
Compusimos y ensayamos los últimos temas para nuestro primer álbum. Justamente “26-7-71”, se concluyó al día siguiente de haber acabado de pagar mi nuevo bajo Fender. Como para celebrarlo.
Esa era justamente la otra cosa en que andábamos embarcados: grabar…
CAPÍTULO 29
EL PRIMER LP
(Continuará…)