Posts Tagged ‘José Feliciano’

HISTORIA DE MI GENERACIÓN. 9

enero 22, 2010

1971 ¡¡YA TENEMOS CONTRATO DISCOGRÁFICO!!

Las cosas parecían mejorar, y el Lunes, 8 de Marzo…

Una nueva agencia artística llamada Diseño II, de planteamientos e imagen ultramodernos, que representaba a grupos de bastante prestigio como Imagen -por entonces nuestra competencia más directa-, Alicia y Nubes Grises y Evolution, nos había reclamado en exclusiva, y para empezar, nos incluye en uno de los festivales del Gran Price, uno de los lugares, junto con el Iris, y ocasionalmente la Aliança del Poble Nou, donde tenían lugar conciertos multitudinarios y feudo habitual de los grandes grupos de Rock y “Música Progresiva”, era una fantástica oportunidad para darnos a conocer ante el gran público barcelonés ya que el cartel era este:

Íbamos a coincidir nada menos que con el mundialmente famoso José Feliciano, a quien le acabábamos de “fusilar” en un disco su último éxito y a quien Javier sabía imitar mejor que él mismo. Éramos los teloneros, José Feliciano saldría a continuación y cerraría Evolution.

Por nuestras insolentes cabezas rondó seriamente la idea de incluir “¿Qué será?”, tal como la habíamos grabado, entre el repertorio que íbamos a tocar, pero un repentino ataque de cordura nos impidió llevar a cabo aquella broma de consecuencias imprevisibles.

Cuando un rato antes de comenzar el concierto hizo José Feliciano su ruidosa entrada en el Price, mis compañeros y yo salimos del camerino para saludarle, pero fuimos literalmente barridos de su camino por un par de “gorilas” que obedecían órdenes de la bruja de la señora de Feliciano, que venía unos pasos detrás de ellos vociferando y maldiciendo todo lo que veía, a la vez que arrastraba a su pobre marido, que no veía nada y hacía denodados esfuerzos por no perder la compostura ni el equilibrio, ni su fingida sonrisa mientras avanzaba a trompicones. (…)

Al despedirnos tras una hora larga de actuación el público ya empezaba a dar leves muestras de impaciencia, aunque debo decir que la acogida dispensada fue muy buena. Abandonamos el escenario con sumo cuidado de no interponernos, por si acaso, en el camino de la estrella que ya salía, del brazo de su malencarada señora y precedido esta vez por sus músicos que ocuparon sus puestos a paso ligero. (…)

Y por si esto fuera poco: en Marzo participamos, haciendo de nosotros mismos, en la película Play Back, protagonizada por Juan Luis Galiardo y la maravillosa Emma Cohen, en la que debía aparecer un grupo actuando en un programa de televisión en los estudios Miramar, el centro emisor de TVE en Barcelona.

Rodando Play Back

En Abril salió por fin al mercado el single: TOMA TU PARTE DE FELICIDAD / TRISTE Y SOLO. ¡Aleluya!.

Portada original

BILBAO

Francamente, sigo sin comprender qué extraña estrategia de promoción nos llevó hasta aquel lugar, pero el caso es que nuestro representante, en complot con Espectáculos Norte, nos hizo aterrizar en plena ascensión en la sala más anacrónica en que recuerdo haber actuado en toda mi vida. El Arizona.

Compartíamos escenario con la Gran Orquesta Arizona, bastante venida a menos y reducida a cuarteto seguramente por la paulatina jubilación de los profesores, y nos alternábamos en tandas de una hora. Junto a la ancestral tradición de odio a los guitarreros, persistía otra desde lejanos tiempos en que la pista debía estar llena de parejas bailando el foxtrot con tal urgencia y frenesí que, para no contrariarlas con una pausa, se efectuaba el relevo de las orquestas con una ceremonia quasi circense -y muy extendida en aquellos ambientes-, en la que los músicos entrantes ocupaban el lugar de los salientes mientras se tocaba “Blue Moon”, que era el tema de cambio. Esta era la ocasión que aprovechaban nuestros queridos colegas para demostrarnos su animadversión y reírse de nosotros, abandonándonos a nuestra suerte en el “puente”, porque sabían que no nos lo sabíamos. (…)

¿Crosby, Stills, Young & Nash? No, Mi Generación (Eliseo hizo la foto)

BLANES

Llegamos a Blanes la soleada mañana del 3 de Julio, y la mezcla del olor del mar y los pinos nos devolvió a la vida. Descargamos el equipo en nuestro lugar de destino, la discoteca de moda: Pick Up, a años luz de aquel deprimente Arizona. (…)

Tampoco íbamos a estar solos en el Pick Up, esta vez compartiríamos escenario con nuestros compañeros de escudería, Evolution, con quienes ya habíamos coincidido en el Price.

Evolution, como muchos recordaréis, era un quinteto de “hard rock” que había llegado de Alemania algún tiempo antes bajo el nombre de The Vampires. Tras fichar por el sello progresivo Dimensión, de Ekipo-Ariola y arrasar con “Fresh garbage” -que siempre creí suyo hasta que, hace poco descubrí que era de los americanos Spirit-, se quedaron sin su carismático organista T. J. Brown, pero apenas se notaba su ausencia gracias al exuberante sonido de Tony, el efectivo guitarrista del barrio de Hospitalet y único español del grupo.

No contentos con tener dos bandas a diario, Pick Up se permitía traer grupos de primera fila por una noche algunos fines de semana, con lo que el escenario se ponía intransitable.

Por allí cayeron Christie (sí, los del “Yellow River”) en plena gira promocional de su nuevo éxito: “San Bernardino”, casi tan chorra como el anterior.

Aquellos tres ingleses, más altos, más famosos e incluso más peludos que todos nosotros, se presentaron sin ningún equipo, pero con mucha prepotencia. Por lo visto, estaba pactado entre los “managers” que utilizaran el que se encontraba allí, que pertenecía en su mayoría a Evolution.

Por la tarde hicieron una prueba de sonido a la que no asistí, probablemente estaba ocupado en otras tareas con mi inmensa holandesa, Betty. Aquella noche en la sala no cabía ni un alfiler y por fin llegó el momento de la presentación estelar de Christie, all the way from the U K! y por primera vez en la Costa Brava.

Los músicos de la casa observábamos desde la pista tratando de no perdernos detalle. Los alemanes, por cierto, estaban bastante mosqueados por las exigencias de los ingleses.

Cuando salieron triunfales al escenario aclamados por el público y comenzaron su actuación, a mí personalmente el sonido me pareció bueno pero, evidentemente, no podía ser igual que por la tarde con la sala vacía y pronto empezaron a hacer ostensibles gestos de desagrado. Al concluir el segundo o tercer tema, el bajista -que también era la voz cantante- dijo algo así como: This mike is shit! y acto seguido cogió el micrófono Shure SM-58 que estaba utilizando y lo arrojó al suelo con desprecio.

Det -el cantante de Evolution y dueño del micro y el equipo- que ya estaba harto de sus exigencias, sin pensarlo dos veces, se abalanzó sobre aquel ingrato hijo de la Gran Bretaña y le propinó un puñetazo que apenas le alcanzó, dadas las sorprendentes dotes de velocista que demostró al salir corriendo por entre la multitud hacia la puerta, con el bajo aún colgado y el cable arrastrando ya que, con las prisas, olvidó desenchufarlo y casi se lleva también a remolque el cabezal del Marshall prestado por Wolfgang.

Aprovechando la confusión, los otros dos hicieron un discreto mutis por el foro y se acabó el concierto.

GAVÀ

Durante aquel mes de Julio proseguía nuestra febril actividad de todo ese año: actuábamos cada noche en Silvi’s, la boite de moda en Gavà, junto a la autovía de Castelldefels. Allí se mezclaban turistas de los campings vecinos con lo más joven de la burguesía barcelonesa.

Exterior Silvi's

Triunfábamos como nunca antes y nuestros progresos eran realmente notables desde que teníamos la nueva formación. Habíamos alcanzado un buen nivel instrumental, casi equiparable al de las voces, que eran lo único que antes nos distinguía, y nuestro directo había ganado fuerza.

Coincidimos allí con algún gran grupo como Lone Star, que dieron un formidable recital en el que mezclaron sus temas famosos con pinceladas de blues y jazz en las que Pedro Gené, nos sorprendió con sus habilidades como vibrafonista, además de guitarrista.

Entablamos amistad con unos adolescentes de familia bien: los hermanos Fortuny, que decían venir a aprender y que aprendieron, crecieron y se convirtieron en la Companyía Elèctrica Dharma.

Compusimos y ensayamos los últimos temas para nuestro primer álbum. Justamente “26-7-71”, se concluyó al día siguiente de haber acabado de pagar mi nuevo bajo Fender. Como para celebrarlo.

Esa era justamente la otra cosa en que andábamos embarcados: grabar…

CAPÍTULO 29

EL PRIMER LP

(Continuará…)

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HISTORIA DE MI GENERACIÓN. 8

enero 17, 2010

Diciembre 1970.

Ese mes llevábamos una actividad frenética, pero entre toda ella destacaré la participación de madrugada en el concurso maratón para grupos de rock “Las 24 horas musicales” de Radio Terrassa. Resultamos finalistas y tuvimos que volvernos a presentar por la mañana en la final, pero la falta de sueño fue recompensada con el Primer Premio: 10.000 pesetas, más el reconocimiento público aireado por una emisora muy involucrada con los músicos jóvenes.

Recorte de prensa

El sábado 12 de Diciembre, volvimos al estudio para concluir la grabación del primer single. (…)

1971

El lunes 4 de Enero, nos entregan en Radio Barcelona el premio al Grupo Revelación del 70.

La tarde de Reyes nos presentamos en una de las discotecas más importantes de Barcelona: el Coconut.  Y así (…)

Pero cuando todos los vientos parecían soplar por fin a nuestro favor, nos íbamos a enfrentar a la desgracia que se cernía inexorable sobre todos los grupos como nosotros: LA MILI

En Enero, Rafa tenía que incorporarse al servicio militar, y aquello era sólo el principio de una larguísima odisea que duraría hasta el 15 de Julio de 1975, cuando yo, el más joven, recibí la “cartilla blanca”. En total, fueron cuatro años y medio los que Mi Generación estuvo incompleto, porque al ser de edades escalonadas, sucedía que, meses antes de que regresara uno, se iba el siguiente, de manera que durante todo ese tiempo tuvimos que seguir adelante con uno, e incluso dos sustitutos para suplir a los ausentes.

Esta primera involuntaria deserción llegaba en un momento nada oportuno, aunque ninguno lo era: justo al principio de nuestra carrera discográfica.

Nos pasamos semanas buscando un elemento que pudiera tocar el bajo y cantar a la vez para ocupar el puesto de Rafa. Por nuestro local desfilaron todo tipo de músicos: buenos bajistas que no podían ni abrir la boca para hacer un coro mientras tocaban, buenos cantantes como nuestro amigo Bacchelli -y, si no recuerdo mal, también el más adelante popularísimo Miguel Gallardo-, que no tocaban instrumento alguno, y legiones de “rítmicos-cantantes” que eran lo que más abundaba, pero no parecía existir nadie capaz de emular las habilidades de nuestro bajista y no estábamos dispuestos a prescindir de la quinta voz.

Nadie excepto este humilde servidor, modestia aparte. Como guitarrista, yo no era especialmente brillante, pero en cambio poseía la rara habilidad que buscábamos de tocar el bajo y cantar al mismo tiempo sin perderme, así que los ojos de los demás empezaron a volverse hacia mí y comenzaron a considerar la idea de admitir a alguno de aquellos guitarristas a condición de que yo cambiara otra vez de instrumento. Acepté y así me convertí en:

CAPÍTULO 22

EL BAJISTA DE MI GENERACIÓN

Y comienza otra nueva época en mi vida. Musicalmente la más memorable de mi carrera, creativamente la más fructífera y personalmente la más intensa. Podría añadir que también la más divertida aunque hubieron momentos duros.

Y XAVIER SE UNIÓ AL GRUPO

De entre la larga lista de guitarristas aspirantes destacaba en particular un tipo duro que venía del grupo Tuset 31 -antes Los No- recomendado por nuestros colegas los hermanos Durán. Se trataba del gran Xavier Garriga.

Xavier, además de un gran cantante, poseedor de una personalísima voz áspera y potente, era un excelente músico, con innato sentido de la armonía y gran dominio de la guitarra acústica -en especial el “fingerpicking”- que encajaba a la perfección en la música que hacíamos. Era también grande de tamaño y de personalidad fuerte, como buen Escorpio. Se le intuía, y lo sigue siendo, un animal… de escenario.

Venía acompañado de una Fender Telecaster de un cantarín color rosa metálico; uno de aquellos caros y legendarios amplificadores Vox AC 30 de aterciopelado sonido, como los de los Shadows; una alucinante chaqueta de pelo negro y blanco, que imitaba la piel de algún mamífero no fácilmente identificable, así como de su propia fan, una jovencita rubia y pecosa de grandes ojos azules llamada Mariángeles (…)

El 15 de Enero despedimos al pobre Rafa hasta la vuelta, que nunca se produciría. Desde ese momento Mi Generación quedó en la formación definitiva: Antonio Palacín, teclados; Eliseo Parra, batería; Francisco Fernández, guitarra; Xavier Garriga, guitarra y José Valverde, bajo.

CAPÍTULO 23

Afortunadamente, se seguían prodigando las sesiones de grabación que nos permitían ir tirando bastante bien.

Gracias a una de una de aquellas sesiones nos llovería del cielo el ansiado contrato discográfico, que parecía que no iba a llegar nunca pese a los denodados esfuerzos de Miguel por conseguir que alguna compañía se interesara por nuestro disco que, ya terminado, seguía en un cajón aguardando distribuidora. Ninguna de ellas lo encontraba suficientemente comercial, y en una Barcelona repleta de conjuntos pop dispuestos a triunfar como fuese, habían bofetadas por una simple audición. Conste que nosotros tampoco hacíamos demasiadas concesiones.

Recuerdo que, después de haber sido rechazados por BELTER por poco pachangueros; por EDIGSA por no cantar en catalán; por ARIOLA por feos, etcétera, recibimos una tarde la visita de Ramón Ferrán, legendario batería de jazz, que nos concedió una de aquellas buscadas audiciones en calidad de Director Artístico de FONOGRAM, ya que el grupo le había parecido interesante.

Se sentó ante nosotros y comenzamos a tocar con todas nuestras ganas alguna de nuestras canciones, antes de acabar dijo: “¡Vale, vale, otra!” y así varias veces. Tras escucharnos durante unos minutos, se puso en pié y nos preguntó si había algún lugar en el que pudiéramos hablar -como si allí mismo no se pudiera-, le invitamos a pasar al despacho y nos situamos en torno a él como escolares ansiosos por oír su opinión sobre nuestra música.

A ver chicos -comenzó- ¿conocéis la canción “Fiesta”?.

– ¡Síii! -respondimos al unísono-.

– Y, ¿qué os parece?

– ¡Vaya mierda! -dijo Javier y todos asentimos entre risas añadiendo todo tipo de comentarios vejatorios-.

Ya era demasiado tarde. Se puso muy serio y replicó:

– ¡Es mía!.

Pese a que estaba profundamente ofendido, continuó flemático diciéndonos que lo que se esperaba de nosotros era que grabásemos algunas de sus canciones del mismo estilo y, por tanto, que nos convirtiéramos en uno más de la pléyade de grupos pachangueros que empezaban a competir por la “canción del verano”.

Pero tal cosa quedaba muy lejos de nuestras inquietudes. Deseábamos triunfar, pero no a cualquier precio. Así que, en parte por incautos y en parte por románticos, dejamos escapar otra oportunidad de ingresar en el club de los conjuntos famosos y cotizados.

Volviendo al asunto: nos llamaron al estudio para poner las voces en el disco de un nuevo cantautor de bucólicas baladas al estilo de Emilio José, llamado Nino Sánchez, reciente fichaje del modesto sello Palobal. El muchacho adolecía de los mismos defectos que, al menos, la mitad de los de esa “especie”: no sólo no poseía buena voz ni técnica de canto, sino que además tenía serias discrepancias con el compás y ¿qué decir de su afinación?…

Pablo López Balada, su mentor y, obviamente, dueño y señor de Palobal, quedó muy complacido con nuestro trabajo que había sido rápido y competente, habíamos logrado incluso disimular buena parte de las desafinadas del bueno de Nino. Así que, corría el mes de Marzo cuando Don Pablo, haciendo alarde de visión comercial, decidió lanzar a toda prisa un “cover” en español del éxito del momento, antes de que otra compañía se adelantara; una bobada de cancioncilla infantil que sonaba a todas horas en la radio, y abordaba con inexplicable alegría el caso de un tierno infante abandonado por sus descastados progenitores, sin que en ningún momento saliera a relucir el motivo de tan cruel abandono. La cancioncilla era “Chirpy Chirpy Cheep Cheep”, y había sido grabada bajo el sello RCA en Italia, donde, como aquí, nadie entendía la letra, por un grupo escocés desconocido hasta entonces llamado Middle of the Road. A través de nuestro amigo Miguel, que estaría a cargo de la producción, se nos propuso ser Mi Generación quienes lo grabaran. Aunque nosotros no teníamos a una chica como vocalista, la voz solista de la rubia Sally Carr podía ser sustituída sin problema por la de Paco, gracias a su altísima tesitura, y los coros que la acompañaban nos venían como anillo al dedo. En la cara B, iría “¿Qué será?”, la canción con la que José Feliciano había estado a punto de arrebatarle a Nicola di Bari el primer premio del reciente Festival de San Remo de ese año y que se había hecho más popular que la propia ganadora, “Il cuore e zíngaro”. También ésta nos venía que ni pintada, ya que, entre las habilidades de Javier, figuraba la de hacer la mejor imitación de José Feliciano que yo haya oído jamás.

La deprimente letra en inglés de “Chirpy Chirpy Cheep Cheep” fue sustituída por la adaptación oficial al castellano, que pasaba de ser cruel y absurda a ser simplemente idiota:

A tu lado voy (A tu lado voy)

siempre junto a ti (Siempre junto a ti).

A tu lado voy (A tu lado voy)

Y soy feliz

Y soy feliz.

Vamos cantando siempre nuestra canción

Ooo wee, Chirpy chirpy cheep cheep,

Y cada día crece más nuestro amor

Ooo wee, chirpy chirpy cheep cheep,

chirpy chirpy cheep cheep, cheep.”

Y así sucesivamente.

La de “¿Qué será” era tan deprimente en español como en italiano, pero al menos tenía sentido y cierta poesía.

Pagaban al contado y aceptamos, pero a condición de que el nombre de Mi Generación no apareciera mezclado en aquel contubernio.

Realmente, no había mucho de qué avergonzarse, teniendo en cuenta que lo que corría por el mercado español eran cosas tan abominables como el “Achilipú” de Dolores Vargas, el “Borriquito” de Peret, el “Fin de semana” de Los Diablos, o la cursilada de “El vals de las mariposas”, producto de la difícilmente explicable asociación entre Danny Daniel y el desperdiciado talento de Donna Hightower.

Entonces, y por aquella única vez, fuimos Los Únicos. El disco nos salió “redondo”.

El ínclito Don Pablo dio por supuesto que aquel pachanguerío impenitente era nuestro estilo sin que nadie intentara sacarle de su error. Para un pretendiente que no salía huyendo…

Total que, muy satisfecho con el resultado, le preguntó a nuestro productor y amigo que si ya teníamos contrato de grabación, y al saber que no era así, creyó haber encontrado una mina de oro.

Sin profundizar en más averiguaciones, le expresó su interés en ficharnos para su compañía, y Miguel aprovechó la coyuntura favorable para convencerle de publicar el disco que teníamos ya grabado y cogiendo polvo en un cajón.

Una vez presentados por Miguel, el Sr. López nos ofreció un contrato de exclusiva por dos años que comprendía la grabación de dos LP y dos singles con nuestros temas, Palobal organizaría la oportuna campaña de promoción en la que deberíamos prestarnos desinteresadamente para entrevistas y presentaciones en radio, televisión, galas y festivales y nosotros recibiríamos un dos y medio por ciento sobre las ventas.

Ni que decir tiene que aceptamos, eso sí, con la íntima convicción de que aquel hombre no tenía mucha idea de dónde se estaba metiendo, y bastante divertidos pensando en la cara que se le iba a quedar cuando escuchara el resto de nuestras composiciones. Pero… Santa Rita, Santa Rita, esa firma no se quita.

CAPÍTULO 24

¡¡YA TENEMOS CONTRATO DISCOGRÁFICO!!

(Continuará…)

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